Ya no somos dos como cuando me era esquiva la razón...demasiado alto el costo, demasiado tarde en tiempo, demasiado justo para arrancar.
Los caminos aparecen, las ganas se vuelven a encontrar y no te miento si te digo que en el fondo está el mar.
Y cuando no hay más, no hay más.
Creo que los milagros pueden ocurrir y que no necesaria mente tiene que ver con lo que esperamos.
Y lo que yo crea o deje de creer no cambia el mundo, solo transforma el mio. Y ese es el único poder que tengo sobre mi destino.
Foto y texto por Julia Irigoitia.-